Cómo usar la lencería para liberar tu cuerpo

En esta nota recorremos un poco de historia de algunas de las ropas interiores femeninas más opresoras de la historia y de cómo podemos avanzar hacia una vida donde amemos todo sobre nuestro cuerpo. 

Durante años - mucho más de lo que cualquier mujer hubiese querido de corazón - la ropa femenina, en especial la lencería, había sido creada bajo una mirada de sumisión y a servicio de moldes de belleza y estética impuesta por la sociedad.

Imposible olvidar los famosos corsés creados en el siglo XVI fabricados de metal (sí, leíste bien) y que eran lucidos con orgullo por aquellas damas pertenecientes a la aristocracia, Así, esta prenda no solo lograba el propósito de estilizar la figura femenina (ya había una oda a la flacura) sino que también era sinónimo de estatus social. 

Ustedes imaginarán lo que habrá sido usar todo el día y todos los días un corsé de metal, lo pesado, lo poco saludable que habrá implicado eso ya que imposibilitaba la movilidad. Años más tarde, durante la Revolución Francesa, la popularidad de esta singular prenda interior decayó, por ser considerada opresora y además porque se comenzó a ver que generaba abortos y problemas de la salud entre las mujeres que lo usaban. Luego, reapareció, pero con materiales más amigables para la piel y el cuerpo. 

Pero esta prenda no fue la peor. Existió otra,  llamada crinolina, que vendría siendo como lo que entendemos hoy por enagua, pero hecha de metal y que en pleno siglo XIX en Estados Unidos y en Europa prometía realzar la figura femenina, dándole además, un volumen exagerado al vestido, lo que en ese tiempo, era considerado full tendencia. La otra “ventaja” de esta enagua es que era accesible para todas las clases sociales, no solo para las más adineradas. 

A pesar de que sonaba a edén, muchas mujeres de la época murieron quemadas vivas producto de esta ropa interior, ya que en ese tiempo se usaban velas para iluminar los espacios, entonces cuando, por accidente, saltaba una chispa en el vestido de la mujer, ésta no podía liberarse de su atuendo y quedaba a merced de las llamas. También se registran episodios de mujeres que tropezaban con sus propios vestidos y morían atropelladas por carruajes. 

Lo anterior es tan solo un pequeño botón de cómo durante años la lencería para la mujer ha sido creada no para su comodidad ni para su felicidad, sino que más bien para encasillarla, someterla a modelos casi imposibles de alcanzar. Hoy, a diferencia de siglos pasados, ya no andamos con ropa interior de metal, pero muchas veces, seguimos viviendo como si aún anduviéramos con esas enaguas opresoras, presas de los estereotipos, de lo que la moda nos indica como belleza, cuerpo perfecto, saludable, erótico y por cierto, deseable. 

Pero ya es hora de romper con esos pensamientos y no de la boca para afuera, sino que con acciones concretas, partiendo por amarnos tal como somos, con nuestras curvas o sin ellas, con nuestras cicatrices, marcas, estrías, celulitis y demases, ¿por qué? porque son nuestras y únicas. 

La lencería puede convertirse en una pieza más de nuestra revolución femenina y sexual, no tiene por qué ser como ese corsé que oprime, te incomoda y genera enfermedades, la lencería puede ser nuestra aliada para liberarnos y decirle al mundo fuerte y claro que acá estamos, que somos bellas y eróticas. 

Acá, 4 tips que pueden ayudarte en esta hermosa misión. 

1-Trabaja en tu amor propio. ¿Cómo? hay miles de formas, partiendo por hacer cosas que te hagan feliz, que te hagan bien. Dicho de otro modo, partiendo por ser feliz. 

2-Conócete y descúbrete. Y estamos hablando en todo ámbito, como pareja, amiga, como amante… conoce qué cosas amas y qué no, qué cosas te molestan, cuáles son tus límites, potencia tu autoerotismo con la ayuda de lacosmética sensual. 

3- La próxima vez que compres lencería en nuestratienda, no pienses en que si te vas a ver bien o mal, si estás pasada de kilos para usar eseconjunto  súper sexy o por el contrario, no tienes con qué rellenarlo, para la próxima lencería que a ti te haga sentido y te haga sentir bien, porque bella y sensual, ya eres. 

4-Deja de criticar cuerpos ajenos. Elimina ese mal hábito de tu vida y dile al resto lo linda que se ven, una palabra así, un gesto así, puede cambiar la vida de una persona. 

Por Jessica Ramos Valenzuela